Carta abierta del capitán de mi equipo de Fútbol-Sala después de los acontecimientos surgidos en nuestro último partido de liga, en el que sufrimos provocaciones, insultos, escupitajos y golpes con el beneplácito de la "autoridad".
A quien corresponda:
Ahora mismo me resulta difícil escribir. Me tiemblan las manos de la rabia y de la impotencia que me invaden por dentro. De hecho, no sé por qué lo hago, pues no sé si esto servirá de algo. Seguramente no voy a poder expresar toda la indignación que siento, ni poner de manifiesto todo lo que quiero denunciar. Aún así, lo voy a intentar. Supongo que es por desahogarme de algún modo. Y prefiero hacerlo de una forma civilizada como esta.
Jamás he pasado tanta vergüenza como esta tarde. En la vida se habían reído así de mí en mi propia cara. Nunca me había sentido tan humillado. Y es que no hay derecho a que te insulten, a que te amenacen, a que te peguen, a que te escupan. No hay derecho a que lo que empieza como una actividad deportiva y lúdica acabe siendo un ejercicio de intimidación, delincuencia y vandalismo. No hay derecho a que queden impunes las acciones de un atajo de provocadores e insolentes. No hay derecho a que los que se supone que son los encargados de poner orden no sólo se dediquen a ser meros espectadores de ese “circo”, sino que, además, empleen el poder que se les otorga para perjudicar al más débil con total desfachatez. Se paga mucho dinero cada año como para depender de una cuadrilla de INCOMPETENTES (no todos, pero sí gran parte). Y esa es otra cosa a la que no hay derecho: que se exijan esas desorbitadas sumas de dinero (y más en los tiempos que corren) para poder practicar deporte en Pedro Muñoz. Y yo me pregunto: ¿a dónde va a parar ese dinero? Porque yo no veo que se refleje en instalaciones, materiales ni personal cualificado.
Llevamos 4 años aguantando diversos atropellos e injusticias porque nos gusta el fútbol sala y esta es la única alternativa que se nos da. 4 años en los que hemos hecho gala de un comportamiento ejemplar pese a todo. Pero lo de esta tarde ya ha sido el colmo de los despropósitos. Se nos ha agotado la paciencia. Lo dejamos. Estamos hartos, estamos asqueados. A un grupo de chavales, a un grupo de BUENA GENTE (con mayúsculas, lo puedo poner con orgullo) nos han arrebatado la ilusión y las ganas de hacer deporte en nuestro propio pueblo. No sé si algún día volverán, mientras tanto nos tendremos que buscar la vida en otro lugar donde nos ofrezcan más opciones y recursos que aquí y, sobre todo, donde se pueda competir dignamente porque existan valores fundamentales como el respeto. O dedicarnos a otra cosa… Y que luego a unos cuantos se les llene la boca diciendo que se apuesta fuerte por la juventud y el deporte en Pedro Muñoz.
Atentamente,
Alberto Muñoz Ucendo (en nombre de todo mi equipo),
en Pedro Muñoz, a 29 de enero de 2011