jueves, 30 de octubre de 2014

Ahora eres su justicia

"Muy bien. Al fin te has desenmascarado. Ya no eres mi justicia. 
Ahora eres su justicia. Te has acostado con otro."

V.



Yo siempre había confiado en la justicia en este país. Había sentencias que no entendía, no soy jurista, pero en líneas generales seguía confiando en ella.

Y confiaba sobre todo, porque los políticos le temían, la mayoría son aforados, si no tuvieran miedo a la justicia, no necesitarían esa figura legal. Ponían trabas al poder judicial, con instalaciones cada vez más obsoletas, con personal insuficiente, que hacen que la carga de trabajo crezca y que la justicia sea cada vez más ineficiente, incluyeron tasas prohibitivas que impedían a la mayoría de las personas recurrir a la justicia para defenderse. Y recurrían a los indultos indiscriminadamente.

Pero últimamente todo a nuestro alrededor parece indicar que ya les da igual, que tienen todo atado y bien atado. Ya no les importa plantear la reducción e incluso la eliminación de los aforamientos.
Ya no necesitan recurrir a los indultos, ya que no hay condenados. Nadie ha devuelto el dinero.
Cada día se destapa una trama nueva, vemos que el sistema está corrompido, y esta justicia no condena. En los casos más sangrantes los únicos condenados son los propios jueces que iniciaron los procesos (Garzón y Silva), en unos juicios celebrados de manera increíblemente rápida, mientras solo algunos miembros de la trama han pasado por prisión de manera preventiva.

La justicia ya no es justicia, no tenemos ese sentimiento, se descubren delitos, pero estos no son penados.


Es decir, se demuestra que no han cumplido la ley, los que se supone que tienen que velar porque se cumpla la ley, y no va a pasar nada.

Inténtalo tú si tienes huevos, que vas a la puta cárcel.

No, aquí no pasa nada. Su impunidad es vergonzante y nos la restriegan.

Lo han conseguido.

Es SU justicia.


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