lunes, 30 de enero de 2017

Prohibamos la poesía y el dibujo


"Que prosigue el poderoso drama
Y que puedes contribuir con un verso"

Oh, mi yo, ... Oh, vida

Walt whitman



La poesía y el arte pueden hacer a las personas que actúen como no deben actuar, pueden incitar a la violencia.



¿Y si esta historia hubiese ocurrido así.?

Un muchacho "brillante" pero solitario, harto de aguantar tantas risas y tantos abusos, se siente perdido.

Pero en una de esas noches solitarias delante del ordenador, se encuentra con un poema, representado en un cómic. Lo lee, lo vuelve a leer.




Sigue leyendo, lee la continuación de la historia del cómic, con otro poema. No puede ser. Vuelve a leer, nunca ha sentido nada igual. Siente algo que nunca ha sentido, pero lo más importante, ve que no está solo, que hay más gente que siente (y ha sentido) lo mismo.




La historia del cómic continua con otro poema.

Esos tres poemas los lees, los vuelve a leer, se los sabe de memoria.






Pero su vida sigue igual, así que decide coger un cuchillo, lo ha llevado varios días en la mochila, nunca ha pensado en utilizarlo, no sabe porque lo tiene, pero ahí sigue.

Aunque este viernes, ha sido demasiado. Es listo, sabe las consecuencias, pero aún así está cansado, todo tiene un límite, y lo saca, saca ese cuchillo, y todo pasa demasiado deprisa.

No es fácil no querer ser oveja, no es fácil aguantar todo, no es fácil ser él.

Al final se ha convertido en su personaje, pero nada ha salido como en los cómics, nada en la vida sale como ocurre en los sueños.

Pero aún así siente que es el maestro de su destino.

Que es el capitán de su alma.