Ya solo le queda un día al año 2011, y seguro que pasará tan rápido como se me ha pasado a mi el año entero.
Empecé el año bastante flojo, rechazando propuestas de viajes y parecía que el 2011 se iba a hacer largo, pero desde mediados de Febrero, no tengo la sensación de que haya pasado tanto tiempo. De hecho miro hacia atrás y tengo recuerdo de cosas que he hecho y me parece que sucedieran la semana pasada. De hecho en líneas generales no ha sido un mal año, me lo he pasado bastante bien pero me ha dejado un regusto un poco raro, ya que ha pasado todo demasiado deprisa.
Me dice mi madre que ha sido al estar pendiente de la casa y de la boda de mi hermana (que encima después de la boda, es como si se hubiese acabado el año, ya que todo el año giraba en torno a la misma).
Digo yo que será eso, pero es que así no lucen los años. Así no hay manera, hay que ir más despacio y paladear más los momentos, dejar de vivir tan deprisa (qué fácil es decirlo), pero aún así un buen año, aunque el 2012 esperemos que sea mejor, si los Mayas no lo impiden.
A disfrutar las 27 horas que le quedan al 2011 y así preparamos la entrada del 2012.
viernes, 30 de diciembre de 2011
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